Tan...complejo como la simplicidad...

Hay momentos de mi vida en los que cambiaría todo por un momento de simpleza. Simpleza de la más pura. Un momento en donde una caricia traiga solo una sonrisa. Una sonrisa traiga felicidad. Y la felicidad pueda ser conseguida sin segundas lecturas. Solo un momento en donde la vida no se divida en blanco y negro, nisiquiera en grises, sino en verdaderos colores.
Recuerdo con nostalgia una felicidad sencilla de la niñez, que no creo que haya existido, pero al menos la ubico en algún tiempo existente. Y pienso "sí fue...¿por qué no puede volver a ser?". Sí por un segundo se me ocurre pensar que no era así borro inmediatamente esas ideas de la cabeza y me concentro solamente en un recuerdo, siempre inventado, siempre diferente.
A veces, pienso que sí la vida fuese más simple perdería todo el encanto, también el encanto del llanto, por eso pido solo un momento y sé que ese segundo iluminará toda mi vida. Nunca he gozado tanto de nada como de mi inteligencia, sin que esto suene egocéntrico, nunca lloré por otra causa que la inteligencia misma.
Siempre termino igual, lo único malo de la inteligencia es estar condenado a ser conflictuado, y es un efecto ineludible.
Sí solo tuviese un segundo de simpleza no necesitaría tantas palabras.

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