Un consejo para toda la vida

Hoy pasé por uno de esos lavaderos de autos de película y decidí que el gisemovil tras diez años de vida e incontable kilometraje se merecía entrar a ese mundo de espuma, estropajos automáticos y burbujeos. Y yo también. Iba a pie y llovia... así que sólo entré a pedir informes. Fueron sumamente desilucionantes: yo no podía entrar con la nave. “¡Pero en las películas el conductor siempre va dentro del coche!”, protesté...

El encargado me miró muy serio y dijo: “mire, señorita, le voy a dar un consejo para toda la vida: no se crea todo lo que le dicen en la televisión…”

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